20080820

SAN PABLO Y SU CIUDAD; TARSO – En ella, Pablo cimentó gran parte de su personalidad para asumir su vocación de anunciar una religión universal.

Poseía un puerto muy activo, con un antiquísimo tráfico internacional, la línea divisoria de dos civilizaciones; la grecorromana del Occidente y la semítico-babilónica del Oriente.
Por ahí pasaba el camino romano que unía oriente y occidente, una ciudad comercial, de tráfico universal, con un río navegable, el Cidno, con desembarcaderos, almacenes y muelles a derecha e izquierda. Seguramente el joven Saulo, escuchaba a los comerciantes que venían de Éfeso, Alejandría, Corinto, Roma y España, con sus trajes y extraños dialectos y culturas.
Dios seguramente tenía la intención de que el hombre que debía trabajar durante su vida como misionero en ciudades paganas, se educase también en una capital pagana. Como no debía haber para el, diferencias entre judíos y gentiles, griegos y bárbaros, libres y esclavos, no se educó en las colinas de Galilea, sino en una rica ciudad comercial, cosmopolita, pluralista, diversa, adonde confluía la mezcla de pueblos del imperio romano.
El modo de pensar y vivir de los griegos tuvo en él notable influencia. Pensaba, hablaba y escribía en griego como si fuese su lengua nativa.
“Soy de Tarso, ciudad no insignificante” dice Saulo con orgullo de su ciudad nativa. Tarso disputaba a Alejandría y Atenas en lo que a cultura se refería.
Una ciudad de esas características no podía dejar de influir en la formación del Apóstol. Aquí reinaba:
- Espíritu griego y lengua griega.
- Ley romana.
- Rigor de la sinagoga judía.
- Manera de vivir helénica y ejercicio de deportes, prácticas de hechicerías y misterios religiosos orientales.
Tarso, conocida también como la Atenas de Oriente, una ciudad “universitaria” y un centro importante de cultura.
En esta ciudad pululaban los oradores públicos, estoicos y cínicos, discutían sobre filosofía, ética, religión y seguramente el joven Saulo los escucho muchas veces y quedó grabado en su mente la manera de expresar, defender, debatir ideas y convencer a la audiencia.

Estoicos: Los estoicos proclamaron que se puede alcanzar la libertad y la tranquilidad tan sólo siendo ajeno a las comodidades materiales, la fortuna externa y con una vida guiada por los principios de la razón y la virtud. El filósofo estoico Antipatros es oriundo de Tarso.
Cínicos: Consideran que la civilización y su forma de vida era un mal y que la felicidad venía siguiendo una vida simple y acorde con la naturaleza. El hombre llevaba en sí mismo ya los elementos para ser feliz y conquistar su autonomía era de hecho el verdadero bien. De ahí el desprecio a las riquezas y a cualquier forma de preocupación material. El hombre con menos necesidades era el más libre y el más feliz.

Aquí Saulo se interesó por los deportes, por los ejercicios y desfiles militares, por eso él emplea esas imágenes del que corre en el estadio, la corona de la victoria, la carrera triunfal, las cacerías, los centinelas romanos, sus imágenes venían de una gran ciudad, al igual que las imágenes que utiliza del régimen judicial. Mientras los evangelios reflejan más la vida aldeana y campesina de Palestina.
Las ciudades como Tarso se diferenciaban de las romanas por una mayor anchura para el desenvolvimiento de la libre personalidad, por su franqueza en el trato con los hombres de diferentes maneras de vivir y pensar, y facilidad para admitir influencias positivas de la cultura extranjera.
Aquí Pablo ensanchó su mirada, su manera de ver la realidad que lo rodeaba, para observar que no todo en el paganismo era manifestación de decadencia. En este aire libre hubo de ir creciendo el futuro predicador de la libertad cristiana.
Aquí tomo Pablo aquel rasgo de su personalidad por el cual esta predestinado a anunciar una religión universal, sobre todas las clases y razas. Pero todo esto se hallaba latente en él. Había de venir en su vida algo mayor, única, que solo de un corazón, una mente y espíritu abierto podía salir una respuesta de conversión, de cambio, cuando Jesús se presente en su vida.
Estaba, en potencia, extraordinariamente preparado para el objetivo de su vida; derribar el muro entre judíos y paganos, para que el Evangelio saliera al mundo, a todos los hombres.
Lo que Dios ha dado al hombre en naturaleza, en dones, talentos y oportunidades, lo que el hombre ha tenido en educación y el ambiente en que se desarrolla, puede servir, en un estado de gracia e inspiración, para ayudar a construir un mundo de ideas sobrenaturales.
¿Y cómo fue que nació en una ciudad helenista si era judío? ¿Su familia emigró para allá?
San Jerónimo (siglo IV) conservó una antigua tradición según la cual Pablo había nacido en Giscala, en Galilea. Esta tradición no puede ser verdadera pues contradice la afirmación de Lucas en los Hechos de los Apóstoles y en donde Pablo dice: "nací en Tarso" (Hech. 22,3). Sin embargo puede haber un fondo de verdad. Es probable que la familia de Pablo tuviera su origen en Galilea y hubiera emigrado para Tarso antes que naciera Pablo.
En aquel tiempo, desde el siglo quinto antes de Cristo, era muy común la migración de judíos de Palestina hacia las ciudades costaneras del mar Mediterráneo. En esas ciudades había comunidades judías bien organizadas. Todas ellas formaban lo que llamamos diáspora.
Había mucha comunicación entre las comunidades de la diáspora y la ciudad de Jerusalén, el centro espiritual de todos los judíos.
Así se entiende cómo Pablo, habiendo nacido en Tarso, fuera criado en Jerusalén y tuviera una hermana casada que vivía en Jerusalén (Hech. 23,16). Pablo mismo dice: "De lo que fue mi vida desde mi juventud y cómo viví desde el principio en medio de mi nación, lo saben todos los judíos en Jerusalén mismo".

Palestristas, tantas enseñanzas para sacar, no solo de la historia de Pablo y de su ciudad, sino de nosotros y nuestros lugares de origen, de nuestra realidad social, política, de nuestra historia, de nuestras ciudades y pueblos. Ver bien la realidad nos hace percibir el resto fiel, lo positivo, lo bueno.
Tantas enseñanzas de nuestras comunidades, de nuestra cultura, nuestros conocimientos, nuestros próceres, tanta semejanza con la realidad de Pablo.
Muchos cimientos que serán perfeccionados por la presencia de Jesús y la respuesta generosa de parte nuestra. En este tiempo Paulino, sería bueno comenzar a profundizar nuestra propia historia personal, nuestras raíces, procedencia, antepasados, para conocernos y valorar todo aquello que me cimenta y en la cual, Dios, se presentará a mejorar lo que haya que mejorar y potenciar los talentos y dones para el uso común de los mismos. Para ser evangelizadores conscientes de la misión que nos toca.
Sobre un escrito de Pablo Mesters.

Tema relacionado: SAULO A PABLO, el porqué del cambio de nombre.
http://lidydir.blogspot.com/2007/02/por-qu-el-cambio-de-nombre-saulo-pablo.html
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